Eleuterio Ceja Manzo

Eleuterio Ceja Manzo, amado esposo, padre, abuelo y amigo, falleció el 19 de noviembre de 2023, a la edad de 84 años en Sylmar, California, Estados Unidos. Nació el 23 de julio de 1939 en San Antonio Guaracha, Michoacán, México, de padres amorosos que le inculcaron los valores del trabajo duro, la alegría y la familia.

Eleuterio siempre será recordado por su espíritu alegre y su amor por la vida. Sus allegados apreciaban su actitud alegre y su risa contagiosa. Tenía una manera de iluminar cualquier habitación en la que entraba. El dicho favorito de Eleuterio era "No se fijen como vengo, lo bueno es que ya llegué". Este dicho resume su visión optimista de la vida.

A menudo se podía encontrar a Eleuterio disfrutando de su tequila mientras cantaba sus canciones favoritas. Entre las muchas melodías que apreciaba, "El Moño Colorado" ocupaba un lugar especial en su corazón. La música le proporcionaba una inmensa alegría y le permitía expresarse de todo corazón.

Su cálida personalidad le granjeaba el cariño de todos los que le conocían. Eleuterio era un bailarín nato que aprovechaba cualquier oportunidad para moverse al ritmo de la vida. Le apasionaba componer canciones y encontraba consuelo creando melodías sinceras que resonaban con los que le rodeaban. Además, sentía un amor incondicional por sus nietos, que llenaban su vida de inmensa alegría.

Más allá de su amor por la música y la familia, Eleuterio tenía varias aficiones e intereses que enriquecían sus experiencias cotidianas. Le gustaba tomar café con un chorrito de tequila, una combinación de sabores única que reflejaba el espíritu aventurero con el que afrontaba la vida. Salir a pasear por el parque o el vecindario revitalizaba su alma y le llenaba de serenidad. También apreciaba el tiempo que pasaba criando a sus gallinas y compartiendo momentos con sus dos fieles perros, Smoky y Paloma.

El fallecimiento de Eleuterio vino precedido de una estancia de dos meses en el hospital, donde luchó valientemente contra múltiples fallos orgánicos. En sus últimos momentos, estuvo rodeado por el calor y el amor de su familia, y encontró consuelo en su reconfortante presencia.

Al reflexionar sobre su vida, Eleuterio se enorgullecía de sus logros. Construyó su casa desde los cimientos, prueba de su laboriosidad y determinación. Eleuterio sentía una gran alegría y satisfacción al construir una casa que proporcionaba comodidad y seguridad a sus seres queridos. Además, le encantaba ver los éxitos de sus hijos y nietos. Sus logros le producían un orgullo y una alegría inconmensurables.

Eleuterio Ceja Manzo deja tras de sí un legado de amor, risas y recuerdos inolvidables. Le sobreviven su amada esposa Josefina Reteguin Rodriguez, su hijo Jose Manuel Ceja, sus hijas Imelda Ceja, Laura Ceja, Lucila Ceja, Irma Ceja, Maria Ceja, y una gran cantidad de familiares y amigos queridos que siempre apreciarán el tiempo que compartieron con él.

Aunque nos duele el corazón por la pérdida de un alma tan vibrante, nos consuela saber que el espíritu de Eleutorio seguirá vivo a través de los recuerdos que conservamos. Que podamos honrar siempre su legado abrazando la vida con tanta alegría y entusiasmo como él. Descansa en paz, querido Eleutorio: te echaremos mucho de menos, pero nunca te olvidaremos.

English Version

Eleuterio Ceja Manzo, a beloved husband, father, grandfather, and friend, passed away on November 19, 2023, at the age of 84 in Sylmar, California, United States. He was born on July 23, 1939, in San Antonio Guaracha, Michoacan, Mexico to loving parents who instilled in him values of hard work, joy, and family.

Eleuterio will forever be remembered for his joyful spirit and love for life. Those close to him cherished his cheerful demeanor and contagious laughter. He had a way of bringing light into any room he entered. Eleuterio's favorite saying was "No se fijen como vengo, lo bueno es que ya llegué" which means "Don't mind how I come; the good thing is that I'm here." This saying encapsulated his optimistic outlook on life.

One could often find Eleuterio enjoying his tequila while singing his favorite songs. Amongst the many melodies he cherished, "El Moño Colorado" held a special place in his heart. Music brought him immense joy and allowed him to express himself wholeheartedly.

His warm personality endeared him to everyone he met. Eleuterio was a natural dancer who embraced every opportunity to move to the rhythm of life. He had a passion for composing songs and found solace in creating heartfelt melodies that resonated with those around him. Additionally, he had an unconditional love for his grandchildren who brought immense joy into his life.

Beyond his love for music and family, Eleuterio had various hobbies and interests that enriched his daily experiences. He enjoyed sipping on coffee with a splash of tequila—a unique flavor combination that mirrored the adventurous spirit with which he approached life. Going for leisurely walks in the local park or neighborhood invigorated his soul and filled him with serenity. He also treasured the time spent raising his chickens and sharing moments with his two loyal dogs, Smoky and Paloma.

Eleuterio's passing was preceded by a two-month hospital stay, where he valiantly fought against multiple organ failure. In his final moments, he was surrounded by the warmth and love of his family, finding solace in their comforting presence.

Reflecting on Eleuterio's life, he took pride in his accomplishments. He built his house from the ground up, a testament to his industriousness and determination. Eleuterio found great joy and satisfaction in building a home that provided comfort and security for his loved ones. Additionally, he took immense delight in witnessing the success of his children and grandchildren. Their achievements brought him immeasurable pride and joy.

Eleuterio Ceja Manzo leaves behind a legacy of love, laughter, and unforgettable memories. He is survived by his loving wife Josefina Reteguin Rodriguez, his son Jose Manuel Ceja, daughters Imelda Ceja, Laura Ceja, Lucila Ceja, Irma Ceja, Maria Ceja, and a host of extended family members and dear friends who will forever cherish the time they shared with him.

Although our hearts ache at the loss of such a vibrant soul, we find solace in the knowledge that Eleutorio's spirit will continue to live on through the memories we hold dear. May we always honor his legacy by embracing life with as much joy and enthusiasm as he did. Rest peacefully now, dear Eleutorio—you will be deeply missed but never forgotten.